«Hablamos Mucho de los Niños, Pero Muy Poco CON los Niños»

Varias encuestas sobre la cuarentena han concluido 1) que los niños extrañaron a sus amigos, 2) que lo pasaron muy bien con sus padres (como nunca en su vida), y 3) que estaban hartos de los deberes y de las clases virtuales. Para el maestro y pedagogo italiano Francesco Tonucci, es incomprensible que a preguntas como: cómo han vivido los niños el confinamiento, cuáles son las consecuencias que estos meses tendrán en su aprendizaje o cuánto necesitan volver a las aulas, no se han escuchado las respuestas de los propios niños. Tonucci se ha dedicado a escuchar durante toda su vida lo que los niños tienen que decir respecto a las decisiones que les afectan.

Aquí les compartimos algunos extractos de una entrevista realizada por Jessica Martín para RTVE donde Tonucci expone su preocupación sobre cómo se ha manejado la situación de los niños durante la pandemia y ahora el regreso a clases. Un enfoque interesante de analizar.

¿Qué ha pasado con los niños en estos meses de pandemia?

Hablamos mucho de niños, pero muy poco con los niños. Los únicos que están fuera de todos los debates son ellos. Todos los países del mundo ratificaron en la Convención de los Derechos del Niño que tienen derecho a expresarse cada vez que se toman decisiones que les afectan y ahora en nada de lo que se está discutiendo sobre ellos se les consulta.

De varias encuestas que hemos promovido en distintos países extraemos tres conclusiones muy claras: que los niños extrañaron a sus amigos, que lo pasaron muy bien con sus padres (como nunca en su vida), y que estaban hartos de los deberes y de las clases virtuales. 

¿La experiencia del confinamiento les puede haber afectado negativamente?

Siempre hay situaciones complicadas, pero en la mayoría de los casos que nos llegan vemos que ha sido una buena experiencia para los niños. Yo no creo que tengamos que tener miedo a cómo se recuperen porque no considero que el confinamiento haya sido un trauma, por una razón noble y por otra innoble.

La noble es que lo pasaron en casa con sus padres y la innoble es que los niños ya estaban encerrados antes. No es que aprendieran a encerrarse en casa a raíz de la pandemia, es que no podían salir antes tampoco porque los niños hace tiempo que perdieron los espacios públicos. Solo pueden salir si están acompañados por sus padres.

Ahora hay padres preocupados por el desfase curricular, por las carencias en su aprendizaje… ¿entiendes este temor?

Es evidente que lo que la escuela enseñó en este tiempo es muy frágil, es un aprendizaje muy débil. El tema es que no era mucho más fuerte antes (…) Hay un porcentaje muy alto de niños que en la escuela se aburren, que no quieren ir. Y esto no es por culpa del virus.

Pero preguntarse lo que han perdido me parece una forma ridícula. Lo que me gustaría es que se dedicara un tiempo para empezar el nuevo año escolar después de haber analizado lo que los niños han aprendido y lo que han ganado.

¿Qué han aprendido?

Aprendieron a vivir, a reaccionar frente a un bombardeo de noticias horrorosas que todos los días entraban en su casa, a convivir con lutos, o con la enfermedad. Todo esto tiene que entrar en la escuela. No puede ser que la escuela se ocupe de lo otro. Fíjate, la escuela italiana asumió como lema el de «La escuela no para». Esto es absurdo. Si el mundo ha parado, la escuela tiene que parar, porque no parar lo único que significaba es que se seguía con un programa y que, mientras todo el mundo hablaba de un virus en la calle, igual en clase de ciencia se hablaba de la fotosíntesis. 

Nosotros hicimos una propuesta que se llamaba «La casa como laboratorio». Pensamos que si todo se había parado y el mundo de los niños se había restringido a su casa, lo correcto era pedir a los padres que transformaran las actividades domésticas en las nuevas tareas, que los niños cocinaran con sus padres, lavaran la ropa o plancharan. O que les propusieran revisar fotos para reconstruir su historia personal, que tuvieran un diario secreto, que leyeran juntos en familia una novela media hora por día como si fuera un teatro… Y en muchos países se ha hecho.

Estas propuestas nada tienen que ver con ordenadores y tabletas

Es que la tecnología falló totalmente. Los niños no se encontraron con una didáctica a distancia y está claro que el uso de la tecnología para dar clase no funciona, pero tampoco la asistencia presencial es suficiente porque la clase magistral es una forma muy débil de transmisión de conocimiento. Lo que funciona es el conocimiento que desarrollan los alumnos buscando e investigando, no escuchando a los maestros.

“El uso de la tecnología para dar clase no funciona“

Me habría gustado que la escuela al menos usara las plataformas como instrumento para dialogar con los alumnos, para ayudarlos a entender lo que estaba pasando en el mundo y que expresaran sus sentimientos. 

¿Hay algún mensaje que quieras trasladar a los padres?

Yo les diría que hablen con sus hijos, que intenten entender lo que los niños ganaron en este tiempo de clausura, porque seguro que todos ganaron mucho y crecieron mucho. Hay que aconsejar a los padres que se pregunten también ellos qué aprendieron de sus hijos, qué descubrieron que no conocían antes.

Fuente: RTVE, Team La Casa de Tití

Básicos Para Salir de Casa: Mascarilla, Antibacterial y Sentido Común

Las autoridades están flexibilizando, paulatinamente las restricciones de la cuarentena por el Covid 19. Vamos a poder salir y compartir con familiares y amigos. Estamos todos muy deseosos de hacerlo, pero ¡cuidado!

Mantengamos siempre presente las recomendaciones de los expertos cuyos consejos se basan en el conocimiento que se tiene hasta ahora del coronavirus, de cómo se transmite y … un poco de sentido común. Dos médicos especialistas de la Universidad de Minnesota nos recomiendan seguir estas pautas para ayudarnos a tomar las mejores decisiones. Pero cada quien es responsable de sus acciones.

  1. Usar la mascarilla, especialmente en espacios interiores donde haya mucha gente.
  2. Lavarse las manos, recomendación dada desde el comienzo de la pandemia.
  3. Mantener el distancia social recomendada: 6 pies o 2 metros.
  4. No tocarse la cara, volvemos a lo básico.
  5. Socializar en espacios exteriores es mucho más seguro. Tenemos una mejor ventilación y circulación de aire que en espacios interiores, esto ayuda contra las partículas infecciosas.
  6. Evitar viajes en carro con personas ajenas al entorno familiar. Estar en un espacio cerrado donde el aire recircula y donde hay muchas superficies que tocar no es conveniente.
  7. Visitar a los abuelos bajo medidas lo más seguras posibles: en espacios exteriores (si se puede), utilizar la mascarilla, lavarse las manos y mantener la distancia. Lamentablemente sin abrazos. De hacerla estas visitas así, el riesgo es relativamente bajo. 
  8. Mantener a los niños con distanciamiento social mientras juegan con sus amigos no es tarea fácil. Piensen bien en el riesgo que toman. Para los niños ha sido difícil entender y aceptar estas medidas.
  9. Reunirse socialmente en pequeños grupos y preferiblemente en el exterior de la casa. Importante que todos cumplan con la distancia recomendada. Reconocemos que es todo un reto utilizar mascarillas. No se olviden de desinfectar todas las superficies.
  10. Tomar todas estas medidas tanto con los extraños como con los familiares. Cuando pensamos en la responsabilidad que tenemos en nuestras manos, reflexionamos y nos centramos en cómo debemos proceder en estos tiempos tan confusos. 

Fuente: MPRNews, Team La Casa de Tití

Nuestros Hijos no Escapan de la Ansiedad Durante la Cuarentena

Nos es muy oportuno compartir con ustedes, en estos tiempos de cuarentena, un tema muy preocupante como es la ansiedad en los niños. Los expertos aconsejan que debemos conversar con nuestros hijos y mantener una cercanía con ellos ya que pueden haber señales de ansiedad que no sean tan evidentes de detectar. Tenemos que ayudarlos a sobrellevar esta situación.

La edad es un factor importante y determinante a la hora de analizar cómo puede afectar esta cuarentena a los niños. Cuando son pequeños, no hay mayor afectación, pues si los padres están bien, ellos estarán bien también. Pero a medida que se hacen mayorcitos, el cómo ellos manejen la angustia y la incertidumbre en casa, dependerá de la capacidad de resiliencia de cada niño, afirma Núria Beà, pediatra del Centro de Desarrollo Infantil y Atención Precoz (CDIAP) de Gràcia, de la Fundación Eulàlia Torras de Bea.

Cada familia vive una situación particular. Dependiendo de cada caso, los niños pueden sentir ansiedad, frustración, estrés, que no saben elaborar porque no tienen aún las herramientas emocionales necesarias para ello”, considera Lluís Díaz, psicólogo sanitario del Centro de Salud Mental Infantil y Juvenil de Gracia (CSMIJ) gestionado por la Fundació Eulàlia Torras de Beà.

Cuanto más larga sea la cuarentena, el riesgo de que acabe teniendo un impacto en la salud psicológica de los niños a largo plazo será mayor, alertan los expertos. “Aunque no hay evidencia científica de cómo puede afectarles el confinamiento, porque es una situación nueva, se dan factores que sabemos pueden aumentar el riesgo de estrés y ansiedad”, señala Maria Elias, psicóloga clínica de la Unidad de Atención Precoz y Unidad de Autismo del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona.

De repente nuestros hijos se han quedado en casa, sin ir a la escuela, sin jugar en el parque, muchos con los padres en casa, solo por nombrar algunos cambios. Pudiéramos observar alteraciones en ellos tanto en su comportamiento como físicamente. Según John Piacentini, Ph.D. y Lindsey Bergman, Ph.D., expertos del centro UCLA Child Anxiety Resilience Education and Supports (CARES), existen señales que nos dan nuestros hijos y que nos pueden indicar que están teniendo problemas de ansiedad:

Señales físicas de ansiedad

  • A menudo se queja de dolores de estómago o de cabeza, aunque no exista un motivo médico para ello.
  • Se niega a merendar o almorzar.
  • No usa baños a menos que sea el de casa.
  • Es incansable, inquieto, hiperactivo o distraído (incluso sin tener TDAH).
  • Empieza a temblar o a sudar en situaciones intimidantes.
  • Constantemente tensa los músculos.
  • Tiene problemas para quedarse o permanecer dormido.

Señales emocionales de ansiedad

  • Llora mucho.
  • Es muy sensible.
  • Se irrita o se enoja sin ningún motivo claro.
  • Teme cometer errores, incluso pequeños.
  • Tiene ataques de pánico.
  • Se preocupa de cosas que ocurrirán en un futuro lejano.
  • Se preocupa o siente temor cuando lo dejan en algún lugar.
  • Tiene pesadillas frecuentes acerca de perder a uno de sus padres o a un ser querido.

Señales de ansiedad relacionadas con el comportamiento

  • Pregunta constantemente “¿y si…?”. (“¿Y si ocurre un terremoto?”)
  • Permanece en silencio o preocupado cuando se espera que trabaje con otros.
  • Se niega a la idea de volver a ir a la escuela.
  • Evita situaciones sociales con otros niños.
  • Constantemente busca la aprobación de sus padres, cuidadores, maestros y amigos.
  • Dice “¡no puedo hacerlo!” sin un motivo real.
  • Tiene berrinches o crisis.

Para averiguar qué podría estar causando la ansiedad de nuestros hijos, vamos a observarlos y a tomar nota de lo que estamos viendo, de las señales que nos están dando. Sería recomendable e importante consultar con el médico de nuestros hijos si su ansiedad es algo que hay que atender. Hay muchos tipos de apoyo emocional para niños con ansiedad a nuestro alcance.

Es importante que les hagamos unas rutinas diarias y los apoyemos en las actividades escolares, en actividades recreativas y otras donde puedan ejercitarse, correr y saltar. Esto les dará disciplina y orden en su día a día. Abrazarlos y besarlos les dará mucha seguridad.

Fuente: La Vanguardia, Understood, Team La Casa de Tití.